nuestros bosques

El Bosque de la Venada, de 13 hectáreas, forma parte del impresionante paisaje del Teusacá y colinda con el Bosque de la Lechuza y el Humedal de las Ranas. En esta tierra sagrada, la Quebrada Farías rompe la roca para formar el Portal de MU, un sitio que diversos grupos indígenas han identificado como un portal interdimensional. Inspirados por la obra de Mariana Escribano, quien profundiza en el idioma y sabiduría de los muiscas, este portal es considerado un umbral a otras dimensiones, conectando tiempos y espacios sagrados.

La forma de cuchara de esta tierra sugiere que en el pasado pudo haber sido un lago impresionante, y aunque hoy el retamo espinoso invade gran parte del terreno, los Guardianes de la Lechuza tomarán la responsabilidad de su erradicación, restaurando el ecosistema y devolviéndole su esplendor natural.

Parte del plan de restauración incluye un huerto de té Muisca, que será una pieza clave en la recuperación de saberes ancestrales sobre la flora y su relación simbiótica con el bosque. Este proyecto no solo busca regenerar el paisaje, sino también crear un puente con el pasado, volviendo a prácticas antiguas que celebran la conexión con la naturaleza.

En el centro de estas tierras, una Maloka en ruinas, junto a los antiguos Bohíos construidos hace 20 años por William Arenas, un sabio y filántropo, será restaurada. Arenas, quien ha dedicado su vida a proteger las tradiciones muiscas y quien se refiere a nuestro planeta como la “nave azul”, tiene la visión de crear un centro cultural y de investigación de alta montaña. Este centro se dedicará a la conservación y restauración de ecosistemas, así como a la preservación de la arquitectura y las costumbres muiscas. El uso de técnicas ancestrales en la reconstrucción de los bohíos y la maloka será central en este proceso, honrando a las comunidades indígenas que han habitado esta tierra.

El Bosque de la Venada se convertirá en un santuario donde la naturaleza, el conocimiento ancestral y la visión de restauración se entrelazan. Será un espacio que invite a la reflexión, la conexión espiritual, y el aprendizaje profundo de la Tierra como un organismo vivo, un lugar donde pasado, presente y futuro convergen para cuidar de nuestro planeta, la nave azul.

TEUSAKÁ aspira a ser un faro de esperanza y sostenibilidad en tiempos inciertos. En nuestro Bosque de la Venada, visualizamos un futuro en el que albergaremos los cultivos del Té de los Muiscas. Este parque no es solo un espacio de conservación, sino también un tributo a la rica herencia cultural y nutricional de los Andes. 

Aquí, los campos dorados se extienden como un tapiz viviente, recordándonos la importancia del rescate de nuestras tradiciones.

TEUSAKÁ aspira a ser un faro de esperanza y sostenibilidad en tiempos inciertos. En nuestro Bosque de la Venada, visualizamos un futuro en el que albergaremos los cultivos del Té de los Muiscas. Este parque no es solo un espacio de conservación, sino también un tributo a la rica herencia cultural y nutricional de los Andes.